sábado, 17 de septiembre de 2016

DIA DEL MAESTRO HONDUREÑO

El día 17 de septiembre de nuestro calendario cívico, esta dedicado a las maestras y maestros de Honduras, abanderados del progreso personal de nuestra niñez y nuestra juventud, personajes de nuestra sociedad que han hecho de la palabra sacrificio un valor que nos lleva a la dedicación dentro y fuera de los centros educativos. Ellos toman entre sus manos la misión de transformar sueños en oportunidades y oportunidades en realidades. Son padres y madres de sus propios hijos(as), compartiendo ese amor con miles de muchachos y muchachas que pasan por su aula. Se cansan, como cualquier obrero al cumplir con su jornada, pero continua porque su jornada no tiene tiempo, no tiene días de 24 horas, tiene una eternidad donde comparte alegrías y tristezas con sus alumnos y alumnas. Nuestros maestros(as), forjan su vocación a diario, enseñando y aprendiendo, aprendiendo de la gama de ocurrencias y el ingenio creativo de sus muchacho(as).

Los maestros(as) hondureños celebran el día del padre y de la madre con sus estudiantes y muy pocas veces con sus propios hijos e hijas, pero guardan en su corazón tantas satisfacciones al ver como se levantan los pilares profesionales que una vez fueron sus estudiantes. Brinda sus pocos espacios de esparcimiento a su familia, derrochando en poco tiempo mucho del cariño y amor que a brindado en las aulas del centro educativo, su hogar permanente, su fabrica de valores.

Hoy rindo este pequeño homenajes, a aquellas maestras que me formaron en mis primeros dos años de vida escolar, las profesoras Santitos y Josefa de la Escuela Lempira de Comayaguela, a mi profesora de tercer grado, Norma, de la Escuela República de Colombia del Loarque de Tegucigalpa, a la profesora Olga de Gomez de la Escuela Mixta Esteban Guardiola de La Lima, a mis maestros del Instituto Guadalupano a quienes recuerdo con mucho cariño y, a todos mis compañeros(as) docentes con quienes compartí y comparto esta vocación transformadora.

"Un maestro no muere, vive en el corazón de sus estudiantes y en el alma de los profesionales en que se convirtieron".
Jose Luis Andino Z.  

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